TEMPORALIZACIÓN: 1ª quincena de noviembre
CUENTO: “ LA OSA ROSA ”
INTENCIÓN: Para niños que no quieren trabajar .
Había una vez una vez una osa que se llamaba Rosa y que tenía 5 años.
La osa Rosa iba contenta al colegio, porque tenía amigos en su clase y su señorita Doña Osa era muy buena y la quería mucho. Pero a la osa Rosa no le gustaba mucho trabajar en la clase. Si la señorita Doña Osa daba un dibujo para colorear, ella rápidamente decía:
- ¡ Me canso !
Y aunque la señorita le decía:
- ¡ Sigue un poquito más !
La osa Rosa no lo terminaba.
Otro día la señorita dio una ficha del libro para hacer.
Todos los ositos se pusieron a trabajar, menos la osa Rosa que empezó a decir:
- ¡ Ay ! No me gusta
- La hago después.
Pero no la hizo.
Los ositos de la clase ya estaban empezando a aprender a leer y a escribir, pero a la osa Rosa eso no le gustaba.
Ella quería irse al rincón a jugar a la cocinita, pero no se iba porque en la clase de la señorita osa, hasta que no se termina de trabajar, no se puede ir a jugar.
Doña Osa, a veces, se cansaba de decirle:
- Rosa, termina de hacer tu trabajo.
Pero la osa Rosa siempre decía:
- ¡ No tengo ganas !
Los otros ositos, a veces, tampoco tenían ganas, pero trabajaban porque tenían que hacerlo y querían aprender las cosas que mandaba su señorita. Además, luego se ponían muy contentos cuando su señorita les ponía en la ficha “una sonrisa” y hasta les daba un beso.
Los ositos de la clase aprendían muchas cosas, los números, las sumas, las letras … dibujos.
Mientras, la osa Rosa, seguía sin trabajar, se aburría todas las mañanas y luego tenía que llevarse a su casa la tarea que no hacía en clase y no podía ir al parque ni a la plaza a jugar con sus amigos.
La mamá de la osa Rosa se enfadaba y la señorita también.
Un día ocurrió lo peor, alguien puso un cartel en el pasillo invitando a todos los osos a ir a la fiesta del otoño, todos acudieron al bosque por la tarde y comieron rica miel y frutos secos, jugaron y se lo pasaron muy bien.
Rosa se enteró al día siguiente donde habían estado todos y se puso muy triste al no acudir por no saber leer.
Rosa, se dio cuenta que así no podía seguir.
Pidió perdón a su “seño” y a su mamá y así cuando tocaba escribir o dibujar o colorear, la osa Rosa lo hacía. Al principio loe costó mucho y se cansaba pero descansaba un poquito y luego seguía.
Ese fue su truco; trabajar cuando mandaban el trabajo.
Si se cansaba, descansaba un poquito y luego seguía.
Poco a poco se fue cansando menos y comenzó a gustarle hacer las tareas del “cole”.
Aprendió tantas cosas que en la fiesta de final de curso leyó delante de todos y lo hizo muy bien.
Su mamá se puso muy contenta y Doña Osa le dio muchos besos.
Y colorín colorado, este cuento se ha acabado.
Fin
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